El vino es una bebida alcohólica obtenida por la fermentación del jugo de uva. Las uvas se prensan y se fermentan en barricas de roble o acero inoxidable, donde las levaduras transforman los azúcares del jugo en alcohol.

Puede ser vino blanco o tinto, y puede tener diferentes niveles de alcohol y dulzura, dependiendo de la variedad de uva utilizada, la región de origen y la técnica de elaboración.

El vino se utiliza en la cocina como ingrediente en una gran variedad de platos, especialmente en la cocina europea y mediterránea. El vino tinto se utiliza en guisos y estofados para añadir sabor y profundidad a la receta, mientras que el vino blanco se utiliza en salsas para pescados y mariscos, así como en algunos platos de pollo y cerdo. Además, el vino también se utiliza en la elaboración de postres, como los bizcochos borrachos, en los que se moja el bizcocho en una mezcla de vino y azúcar para darle sabor y humedad.

Recetas que incluyen vino son, por ejemplo, la sangría de vino tinto, las torrijas con vino o la dorada al horno con patatas.

El vino también se utiliza para marinar carnes y aves antes de asarlas o cocinarlas a la parrilla, lo que les da un sabor adicional y ayuda a ablandar la carne. Además, el vino puede ser utilizado como ingrediente en aderezos para ensaladas, para macerar frutas o para crear cócteles especiales. Sin embargo, es importante recordar que al utilizar vino en la cocina, el alcohol no se evapora por completo, por lo que es importante tener precaución al servir platos que contienen vino a personas que no pueden o no deben consumir alcohol.