Ternera a la Jardinera
Tabla de contenidos de esta receta [ver]
La ternera a la jardinera es uno de esos platos que, aunque suena a algo muy elaborado, es básicamente comida casera de toda la vida, llena de sabor y que suele gustar a todo el mundo. Lo mejor es que lleva ingredientes sencillos, de esos que solemos tener en la despensa y la nevera. Aparte, al ser un guiso, es perfecto para esos días en los que quieres hacer algo rico sin estar toda la mañana en la cocina, porque lo pones al fuego y solo tienes que esperar a que todo se cocine a fuego lento, dejando que los sabores se mezclen y queden espectaculares.
La receta se hace sellando los trozos de ternera. Después haces un sofrito con ajo, cebolla y zanahoria, le pones vino tinto y algún ingrediente más y lo dejas cocer durante un rato. Por último, pones los guisantes y las patatas y tendrás un plato riquísimo y con mucho sabor.
¡Venga! Vamos a la cocina.
Ingredientes para Ternera a la Jardinera
Para 4 Personas
- 500 g de Ternera
- 1 Cebolla
- 2 Dientes de Ajo
- 2 Zanahorias
- 3 Cucharadas de Tomate Triturado
- 1/2 Cucharadita de Pimentón Dulce
- 1 Hoja de Laurel
- 1 Cucharada de Tomillo
- 200 ml de Vino Tinto
- 200 ml. de Caldo de Carne (O de Pollo)
- 200 g de Guisantes (En Conserva)
- 1 Patata Grande o 2 Medianas
- Pimienta Negra
- Aceite de Oliva VE
- Sal
Cómo Hacer Ternera a la Jardinera
- Para prepararla tienes que empezar por los trozos de ternera.
- Pon una cazuela grande al fuego con las tres cucharadas de aceite de oliva. Cuando esté caliente, añade los trozos de ternera y dóralos por todos lados. La idea es sellar la carne, es decir, que quede doradita por fuera pero cruda por dentro, porque luego se terminará de cocinar en el guiso. Esto ayuda a mantener los jugos en su interior.
- Cuando estén listos, sácalos y reserva en un plato aparte.
- Mientras se cocina la carne aprovecha para preparar las verduras. Pela y corta las zanahorias en rodajas no muy gruesas, las patatas en trozos medianos (para que no se deshagan al guisar), y pica la cebolla y los ajos bien finitos. Deja todo preparado porque una vez que empieces a cocinar, lo querrás tener a mano.
- En la misma cazuela (sin lavar ni nada, porque esos restos de la carne dorada le dan un sabor espectacular), añade la cebolla y el ajo. Pocha todo a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente y empiece a dorarse un poco.
- Pela y trocea las zanahorias en redondo y, cuando las tengas listas añádeselas encima a la cebolla.
- Pasados unos minutos pon tres cucharadas de tomate triturado, pon sal y pimienta y dale unas vueltas.
- Añade el tomillo y la media cucharadita de pimentón dulce.
- Dale unas vueltas y rápidamente pon el vino tinto para que el pimentón no se queme. Sube un poco el fuego para que se evapore el alcohol, dejando solo el saborcito del vino. Este paso es clave para darle profundidad al guiso, pero si no tienes vino o prefieres no usarlo, puedes saltarlo y añadir directamente el caldo.
- Deja cocinar 5 minutos. Ahora que las verduras están listas y el vino ha reducido, es hora de volver a meter la carne en la cazuela.
- Pon también el caldo hasta que casi cubra la carne y, cuando veas que comienza a hervir, baja el fuego a la mitad, pon la tapa y deja que se cocine durante 60 minutos. Hasta que veas que la carne está blandita. La clave aquí es la paciencia: cuanto más tiempo se cocine la carne a fuego lento, más tierna y jugosa quedará.
- Pela, lava y trocea las patatas y fríelas en una sartén aparte.
- Pasado el tiempo de cocinado de la carne que te he indicado antes, añade los guisantes y las patatas. El motivo por el que las ponemos ahora y no al principio es para que no se deshagan demasiado durante la cocción. Remueve todo suavemente y deja que se cocinen unos 20-30 minutos más, o hasta que las patatas estén tiernas.
- Antes de apagar el fuego, prueba el guiso. Ajusta la sal y la pimienta si es necesario. Si ves que te ha quedado demasiado líquido, puedes destapar la cazuela y dejarlo reducir unos minutos más. Si, por el contrario, te falta caldo, añade un poquito de agua o caldo extra para que no se seque.
- Una vez que la carne y las patatas estén en su punto, apaga el fuego y deja reposar el guiso unos minutos antes de servir. Esto ayuda a que los sabores se asienten y se integren mejor. Si quieres darle un toque final, espolvorea un poco de perejil fresco picado por encima justo antes de servir.
- ¡Y ya está! Sirve la ternera a la jardinera bien calentita, acompañada de un buen trozo de pan, porque la salsa de este guiso es tan rica que vas a querer mojar.
Mis Consejos para la Ternera a la Jardinera
Cuando elijas la carne busca los trozos más magros para que la carne quede súper tierna. Para este tipo de guisos, lo mejor es usar cortes de ternera que sean aptos para cocinar a fuego lento, como la aguja, el morcillo o el jarrete. Son piezas que necesitan tiempo para ablandarse, pero el resultado es una carne súper tierna y jugosa. No te preocupes si ves que al principio está dura, es normal, con un poco más de cocción vas a alegrarte de utilizarla.
Si tienes oportunidad de hacerlo en la olla rápida, los tiempos se acortan considerablemente, aunque mi recomendación es que la hagas al chup chup. Está ideal de un día para otro, así que déjala cocer mientras haces otra cosa, no necesita atención, solo tiempo.
Si tienes oportunidad, puedes hacer tu propio caldo casero de carne o verduras. Solo tienes que cocer unos huesos de ternera, un puerro, zanahoria y cebolla con agua durante una hora, y listo. Le da un sabor increíble al guiso. Si necesitas acelerar, pon caldo de pollo o de carne de buena calidad.
La receta tradicional lleva zanahorias, guisantes y patatas, pero puedes añadir otras verduras si te gustan. Los champiñones, por ejemplo, le quedan genial. También puedes probar con alcachofas o calabacín, para darle un toque diferente.
La ternera se puede acompañar de arroz, puré de patatas o simplemente con un buen pan para disfrutar de la salsa. Además, es un plato que mejora de un día para otro, por lo que puedes prepararlo con antelación. Los sabores se asientan y el guiso queda mas sabroso.
Historia de la Ternera a la Jardinera
La ternera a la jardinera tiene sus raíces en la cocina tradicional española, y aunque hay versiones parecidas en otros países europeos, este plato es muy típico de nuestras casas y restaurantes. En la antigüedad, cuando la gente solía tener huertos y granjas, el concepto de «jardinera» hacía referencia a los productos de la tierra: zanahorias, guisantes, patatas. Todo lo que se podía recoger en las épocas de cosecha. La ternera, siendo una carne más fina y cara, se reservaba para ocasiones especiales, pero combinada con estas verduras, el plato se volvía más accesible y equilibrado.
Con el tiempo, esta receta fue pasando de generación en generación, cambiando un poco según las costumbres de cada familia. En algunas casas, le añaden pimiento, en otras cebolla, y en otras se preparaba sin vino por cuestiones de gustos. ¡Cada casa tiene su versión! Lo importante es que todas comparten la misma base: una carne jugosa y tierna, cocida lentamente con verduras que aportan sabor, color y textura.
Hoy en día, la ternera a la jardinera es una receta estrella en muchos hogares porque es sencilla, nutritiva y deliciosa. Además, es de esos platos que con el tiempo han evolucionado, permitiéndonos hacerle cambios para adaptarla a nuestro estilo de vida o preferencias alimenticias.
Escrita por: María Jesús
Publicada el 4 abril 2023